Lo primero siempre es algo especial (aunque creí que el resultado no me convencería del todo), arriesgué con el tamaño, los colores... y funcionó.
El tablero tienen unas medidas de 1,20 x 0,80 cm y por ahora ocupa la pared de mi comedor.
Si queréis saber cómo fue el proceso pinchar debajo.
Primero salimos en busca de nuestro palé, nos aventurándonos por las calles, los contenedores y los abandonados en las obras.
Finalmente un camión de reciclado, que se lo llevaba al punto limpio de la ciudad, nos lo dio.
Desclavamos las maderas de la parte trasera y cerramos con las ellas los huecos entre los tableros delanteros.
Una vez tuvimos la base, ya sólo nos quedaba preparla para pintar. Un consejo: cuanto más vieja sea la madera más fácil nos resultará aplicar el color. Al utilizar colores con base de agua, si es una madera muy joven absorberá gran parte de la humedad y con el paso del tiempo empezarán a desaparecer.
La tempera disuelta en agua sirvió para darle un aspecto ennegrecido de madera quemada.
El azul es un esmalte satinado llamado azul atolón. Para el blanco usé un esmalte acrílico blanco algodón.
Las letras las dibujé a mano alzada con un pincel. Existen también plantillas que podéis utilizar, es sencillo con el método del estarcido.
Como tengo un pulso firme, me animé a hacerlas yo. Además, al utilizar varios tipos de letra el tema del presupuesto se me disparaba.
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| Detalle del dibujo central y tema del tablero |
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