Hoy os proponemos hacer un viaje a un lugar cálido,
Marruecos,
a través de su gastronomía.
Es un restaurante que nos gustó por el precio, la comida y lo exótico de la decoración.
a través de su gastronomía.
Es un restaurante que nos gustó por el precio, la comida y lo exótico de la decoración.
Os adjuntamos la cuenta y una foto de
los dos cuscús y el tayín de pollo.
De primero tomamos ensalada de berenjenas y pimientos y falafel, todo para compartir entre cuatro y todo bueno, aunque tenéis que fiaros
porque se comieron antes de sacar la foto.
porque se comieron antes de sacar la foto.
De postre los dulces de hojaldre estaban riquísimos y acabamos con te, preferible el té con hierbabuena y pistachos sobre el de jazmín, demasiado aromatizado.
La cuenta es muy razonable, lo más caro es el vino
aunque el viña Salceda no decepcionó.
aunque el viña Salceda no decepcionó.
En una de las fotos veréis un montón de especias: no os asustéis, no utilizan picante
y los ingredientes son los propios de la cocina mediterránea.
Como la relación calidad-precio es buena y el sitio es pequeño, hay que reservar con antelación si queréis cenar en fin de semana. Os preguntarán si preferís sentaros en una mesa tipo bandeja, la opción más amplia, o hacerlo sobre alfombras y cojines,
al más puro estilo del desierto.
El aspecto exterior os puede pasar desapercibido pero una vez que cruzeis la puerta
os sentiréis transportados al Magreb.
Cocina del Desierto está en la calle Libertad 31 de Madrid.
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